viernes, 11 de febrero de 2011

Henry Morgan


Desde la intrépida incursión de Francis Drake (1579) en el Mar del Sur la amenaza pirática de los “perros isabelinos” fue una constante para los puertos e islas de las costas americanas del Pacífico. Hacia finales del siglo XVII los bucaneros y filibusteros no llegaban al Pacífico exclusivamente por el Cabo de Hornos, sino también atravesaban el Istmo de Panamá. El mismo Henry Morgan tras atacar Portobelo en 1670, se abrió camino con sus compañeros por tierra hasta llegar al Pacífico y atacó la ciudad de Panamá, en su camino los indios impresionados por su audacia, les gritaban “perros volver a la jungla”. Las consecuencias inmediatas de este ataque fueron más de quinientos españoles muertos, un pueblo forzado a incendiar su propia ciudad, más de tres millones de euros en pérdidas materiales y el impacto psicológico de un ataque nunca esperado (Thomson, 1994).

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